Hoy mi mejor amigo me envió una noticia la cual en medio de tantas cosas que iverosimiles que acaecen en mi "¡Oh Patria tan pequeña...!" sirvió como bálsamo curativo de todas las heridas que hay aqui. La noticia fue escrita por un costarricense que vino a Panamá para lo del juego de Panamá contra Costa Rica, en la misma da detalles sobre el viaje que tuvo con el resto del grupo proveniente del hermano País.

Les transcribo la noticia tal cual me fue enviada, la misma no tuvo ningún tipo de alteración.

Tomado del periódico--> La Nación (Costa Rica); jueves 15 de septiembre de 2005.

Lección a cuatro carriles
José A. Gatgens
Periodista

El viaje de miles de ticos a Panamá dejó mucho más que alegría con
sabor a goles y futbol: dejó en la retina, en los compensadores y en
los traseros, la sorpresa de carreteras de lujo, a cuatro carriles, de
cemento y con docenas de puentes peatonales.

Era para no creerlo. Los ticos, que creemos que somos la mamá de
Tarzán, no dábamos crédito a semejante infraestructura. La sorpresa
fue enorme.

Después de un viaje largo y pesado por una carretera angosta, que se
encuentra en regular estado, pero sin demarcación, arribamos a Paso
Canoas. Unas viejas, incómodas y deterioradas instalaciones recibieron
a docenas de buses cargados de pacientes ticos. Del lado panameño, un
edificio muy nuevo, amplio y acogedor sería el abrebocas de lo que
estábamos por ver.

El autobús salió por fin, después de 4 desesperantes horas, a rodar
por calles que nunca se han visto en Costa Rica (excepto en un breve
tramo en Pérez Zeledón). Desde Paso Canoas hasta Ciudad de Panamá, no
había un solo hueco, un solo bache. Y la distancia eran casi 400
kilómetros. Los 50 pasajeros no pudimos menos que exclamar: "¡Qué
buena carretera. y nosotros con aquellas cochinadas!", al menos eso
dijeron los más decentes.

Con la boca abierta. Sí señor, cuatro carriles separados por una zona
verde nos acompañaron a través de ríos, llanuras, algunas pocas
elevaciones, pueblos y ciudades. En cada escuela, en cada pueblo,
donde fuera necesario, un puente peatonal elevado, con su respectivo
techo y barandas, además de docenas en construcción. "Y allá tienen no
sé cuantos años de estar haciendo el de Multiplaza, ja ja ja.", dijo
otra voz en el bus.

La experiencia me hizo recordar y reflexionar con la leyenda que se
apreciaba hace años en las placas de los vehículos nacionales: "Costa
Rica, jardín de las Américas". La verdad es que quienes aún crean eso,
es porque no han salido de estas cuatro fronteras.

Y es que un país que no invierta en infraestructura, la más elemental,
no puede desarrollarse a buen paso.

Falsa premisa. Si bien es cierto Panamá tiene el Canal, Costa Rica
tiene café, banano, piña, turismo y alguna mano de obra especializada
como Intel, no tenemos ejército desde hace 50 años, ni hemos sido
invadidos por Estados Unidos, por lo que la excusa del Canal es vaga.

Lo cierto es que mientras nosotros sigamos creyendo que somos los
mejores de Centroamérica y veamos con superioridad a los demás pueblos
del istmo, ellos, con proyectos y visión de país (cualquier gobierno
tiene más visión que el de Pacheco), crecen y ejecutan obras y
proyectos a cuatro carriles, mientras que nosotros nos conformamos y
somos felices con un pírrico 3 a 1.