Salomé me pides lo imposible y yo te lo concedo de vuelta
yo te ruego así respondes que me olvide
los días pasan yo me quedo aunque sepan tu nombre no te conocen
si apareces esta noche esta noche te quedas ¿por qué a la luz me desprecias así?
quizás a ti no te importe, que bien amarre lo que nos une
mientras pueda respirar aquí te espero.
Salomé, quieres que rueden cabezas quieres buscar al infame,
quieres que sea el verdugo así y quieres que sea culpable,
aprendo los lazos del instinto los días a tu lado son profesores
Salomé, mataré si debo, te ayudaré si puedo, sólo dime qué he de hacer.
y si recuerdas tu sueño dime: ¿estoy en él?
(Bunbury)